lunes, 25 de julio de 2016

El héroe, la princesa la bruja. Ensayo : A todas las hadas del Reino

¡Hola! no sé si los mencioné antes pero después de que leí el libro "Dónde los arboles cantan" de Laura Gallego quedé tan encantada con la escritora que inmediatamente busqué otro libro de ella. Así fue como llegué a "Todas las hadas del Reino", novela que publicó hace, relativamente, poco tiempo (2015) y que más allá de ser una montaña rusa de emociones,  se me ha hecho singular porque presenta una curiosa visión sobre el "héroe" y el "final feliz" de la literatura. 
Esta entrada no es una reseña del libro ni un comentario de qué me ha parecido (tal vez sobre eso escriba en otra ocación), sino un ensayo que escribí para mi clase de lenguaje dónde nos pidieron que escribieramos un texto argumentativo de un texto literario sobre se presentara el viaje de héroe (en este caso el físico y el interior).
Vale destacar que esta entrada está llena de spoilers sobre el libro y que si planean leerlo eventualmente, mejor les recomiendo que leean alguna reseña (como esta que está bien completa)♥.

En fin, si les interesan seguir leyendo, pueden dar click abajo 


El héroe, la princesa y la bruja bajo el mismo “Final Feliz” de los cuentos de hadas. 
Elfos, príncipes, princesas, brujas, dragones, magos, magia y, sobre todo, un héroe. Todos reconocidos principalmente por ser los elementos perfectos para cualquier novela, fábula o historia fantástica. Típicos de cualquier tipo de cuento de hadas.
Desde siempre, estos relatos han sido de los mejores representantes para los héroes de la narrativa, representando hazañas imposibles, metas ambiciosas, enfrentamientos épicos y un final feliz, abundante en premios y recompensas.
Casi como si fuera una regla dentro de este mundo literario, los personajes heroicos cuentan con la característica de ser prácticamente perfectos, tanto física como psicológicamente, representando valentía, fuerza y valor; encargados de entregar la lección moral a lo largo de la historia y de simbolizar el bien, para lograr volver “feliz” su final.
Pero, ¿Qué sucede con el “final feliz” cuándo la historia no se enfoca en este tipo personajes?, ¿Es siempre el héroe tan bueno?, ¿Son siempre los villanos tan malos?
Pues, para intentar encontrar una respuesta a estas preguntas, primero tomemos atención al ensayo aquí presente: al comenzar, se realizó una enumeración de elementos propios de la narrativa fantástica, donde se le dio especial énfasis al  “héroe”, dejando de lado a todos los demás personajes que pudieron ser mencionados, algo similar a lo que sucede muy comúnmente dentro de las narraciones fantásticas, dónde todos ellos no cumplen mayor labor que intervenir en el viaje del héroe, ya sea para bien o para mal, y posterior a eso, desaparecer esporádica o permanentemente, sin ni siquiera recibir algo a cambio de eso, ¿Por qué? Bueno, todo eso  es lo que la novela “A todas las hadas del Reino”, de  la escritora española Laura Gallego, nos plantea.

“A todas las hadas del Reino” se desarrolla un mundo vivo en magia, lleno de princesas, príncipes, caballeros, aventuras y sueños, donde algunos afortunados cuentan con la ayuda y protección de hadas madrinas para poder alcanzar sus metas, o al menos así se supone que sea, puesto que la noble labor de las hadas madrinas ha cambiado mucho durante los últimos siglos, los humanos cada vez piden cosas más frívolas y egoístas, sin sentido ni  consideración por alguien que no sea ellos mismos. Un cambio triste para las hadas como Camelia, nuestra protagonista, quien lleva trecientos años  ejerciendo su profesión por su aprecio a los humanos, sin nunca recibir nada a cambio, y sin nunca pedir nada a cambio, hasta que algo cambia, o más bien, la lleva a cambiar: Simón.

Simón es un mozo de cuadra que no cumple ninguna característica singular, pero que sin embargo se encuentra enamorado de una princesa: Asteria, quien, además de ser, en mi opinión, testaruda y poco agradable, no tiene ni la más mínima intención de casarse, ni de encontrar pareja. La situación de Simón es complicada, y es por eso que deciden ponerlo en manos de Camelia, ya que ella es reconocida por nunca haberle fallado a ninguno de sus ahijados.
Antes de que Camelia y Simón se encontraran, ella ya contaba con la costumbre de darlo todo por los sueños de todos sus numerosos ahijados, provocando constantemente que el tiempo que pudiera dedicarse para sí misma fuera muy limitado, sin embargo esto no fue un impedimento cuando debió aceptar la misión de ayudar a Simón, y es aquí donde todo comienza a complicarse, porque, aunque Camelia ya había concretado casos más difíciles antes, con Simón todo cambia, ¿Por qué?, bueno, La protagonista de la historia nunca termina por asumirlo, mas es bastante obvio, e incluso es mencionado por algunas de sus amigas en el libro: comienza a enamorarse. Y es en este punto de la historia dónde el viaje interior de Camelia  empieza a evidenciarse, mas no dónde culmina.

-no lo entiendo – suspiró Lila -. No entiendo qué le pasó para volverse tan…
-¿desquiciada? – La ayudó Orquídea -. Tú deberías saberlo.  Eras su mejor amiga, ¿no?
Lila se ruborizó.
-Pero últimamente teníamos muy poca relación. A veces tengo la sensación de que hasta Ren la conocía mejor que yo… - vaciló un instante.
-¿Sí?
-Bueno… él insinuó que ella podría… haberse enamorado de Simón. Me refiero a su ahijado, el que ahora es Rey de Vestur.
La risa pura y cristalina de Orquídea se desparramó por el salón.
-¡Qué disparate! – Exclamó - ¿Cómo iba Camelia a enamorarse de un humano tan… ordinario?

Laura Gallego. (2015). Asuntos sin resolver. En A todas las hadas del reino (349-350). Travessera de gràcia, Barcelona: Montana

Camelia termina por darle una atención especial a Simón, una fijación por sobre la de sus demás ahijados; arriesga su vida por él y lo protege sin importar qué suceda, porque, como en el mismo libro explican, Un hada enamorada se entrega, y aunque esto pueda sonar muy hermoso, dentro del contexto del libro juega el papel de un arma de doble filo, ya que Camelia sabe que las hadas no pueden enamorarse de humanos, sabe que Simón está enamorado de Asteria y sabe que su trabajo es conseguir que ambos se casen.
Y como si lo anterior no fuera suficiente, ni siquiera los mismísimos Simón y Asteria sirven de ayuda para poder concretar su matrimonio, ya que cada vez que algo comienza a salir bien, ambos logran que se entorpezca y terminen culpando a la hada madrina de Simón por aquello, sin tener idea de que esta lucha contra ella misma, enfrentándose hasta a sus propias fuerzas para intentar lograrlo.
Camelia termina agobiada, tanto como por propios sus sentimientos, como por la actitud de Simón, y si anteriormente les dio la espalda a todos sus demás ahijados, ahora terminará por darle la espalda a todo el resto del mundo, porque sabe que no puede hacer nada para olvidar sus sentimientos y porque no puede seguir ayudando a Simón. El hada, al no encontrar consuelo ni recompensa por ninguna de sus acciones pasadas, transformó el amor que sentía en odio, y así, de esa manera podría terminar de ayudar a Simón y cumplir su misión de una vez.

(…) También ella se enamoró, pero transformó ese sentimiento en odio y rencor… y ya vimos en qué se transformó después.
Laura Gallego. (2015). Asuntos sin resolver. En A todas las hadas del reino (350). 

El hada y su ahijado sellan un “pacto de la vieja sangre”, el cual los cambiará a ambos para siempre. Camelia ayuda a Simón y este finalmente se casa con Asteria, sin embargo, cuando nazca el primer bebe de la pareja, este quedará a manos de Camelia. Y a pesar de que si no fuera por toda la ayuda que el hada le brindó a la pareja estos nunca hubieran podido unirse, de que Camelia solo buscó una recompensa por todo lo que hizo y entregó, y que el mismo Simón aceptó tal pacto, ahora ellos la acusan de bruja.
Y a partir de este punto,  la heroína se convierte en Villana.

-De acuerdo, sí, Camelia selló un pacto con Simón – reconoció Orquídea, devolviendo a Lila a la realidad -. Pero eso no significa que sienta algo por él. Cuando un hada se enamora de un mortal… - se estremeció de solo pensarlo – pierde sus poderes- No los amplifica.
-Porque un hada enamorada se entrega, Orquídea – replicó Lila con ardor -. Pero Camelia ha hecho lo contrario: ha obligado a Simón a entregarle algo suyo. Algo que los unirá mientras  Felicia (hija de Simón y Asteria) viva.
Laura Gallego. (2015). Asuntos sin resolver. En A todas las hadas del reino (350). Travessera de gràcia, Barcelona: Montana. 
Honestamente, yo pasé páginas y páginas del libro esperando que Simón se convirtiera en lo que, se supone, debía ser: el héroe de la historia. Mas no obstante, mientras leía,  terminé de convencerme de que este nunca se acercó ni un poco a la descripción clásica de héroe. Nunca fue impresionantemente atractivo, mucho menos fuerte, y si no fuera porque contó con su “ayudante sobrenatural” (Camelia) no hubiera logrado concreta ninguna de sus “grandes hazañas” en el nombre del corazón de Asteria. Por otro lado,  la mismísima Camelia contaba con más características heroicas que cualquier otro personaje de la novela: un atractivo propio de las hadas, una fuerza procedente de sus orígenes sobrenaturales, un interés en lo mejor para sus ahijados y su ambición por mostrar el bien. El único elemento que estaría ausentándose sería la típica recompensa que el héroe recibe por sus hazañas, mas es precisamente eso lo que lleva a la historia al conflicto, pues al enamorase y al sentir por primera vez que podría recibir algo por sus buenas acciones, fue llevada al desastre.
Y este es el asunto importante de la historia, pues es el que concluye la primera etapa de la vida Camelia, y el que nos lleva al debate hoy: ¿Es realmente el “final feliz” un elemento esencial de la fantasía y los cuentos de hadas? Pues no. La respuesta es un absoluto y contundente no. Y aunque no lo parezca, siempre ha sido así. En cualquiera de los cuentos de los hermanos Grimm, de Lewis Caroll, o de Hans Andersen, entre muchos otros, esto es más que evidente, aunque por años hayamos creído lo contrario como resultado de las creencias comunes que solemos aceptar sin cuestionarnos, pero ¿Por qué? Fácil, porque todo depende del personaje en que se centre la historia, pues ningún héroe es tan bueno y ningún villano es tan malo. Son las experiencias con las que se dotan a los personajes los que los definen, ¿Acaso Maléfica siempre fue tan mala?, ¿El príncipe Adam siempre tan egoísta? ¿O Gastón siempre tan narcisista? No lo creo.

En fin, el análisis de los héroes en la literatura fantástica es un tema complicado de tratar, principalmente por lo complejos que pueden ser sus viajes y las diferentes consecuencias que estos pueden implicar en los personajes, tal y como es el caso de la novela de Laura Gallego que se ha analizado en este ensayo. No obstante y a pesar de que fue difícil llegar a una conclusión, no dudo en reafirmar mi postura en relación a los cuentos de hadas y sus finales “felices”, los cuales considero solo pueden presentarse cuando la historia se enfoca en un solo personaje, el cual ocupa un lugar superior en relación a los demás participantes de la narración, menospreciando sus actuares y las consecuencias que puede traerles el triunfo del “héroe”. Además, los viajes son propios de todos los seres en la narración, y así como uno puede comenzar con un héroe, no es para nada necesario que termine con uno. 


Gracias por leer, nos vemos pronto

5 comentarios:

  1. Hola linda!
    no me lei toda la entrada, pero debo decir que laura es una de mis favoritas <3 tengo muchos libros de ella! no puedo evitar no tenerlos! es mi autora favorita!
    y donde los arboles cantan es muy lindaaaaa <3 mi favorito es dos velas para el diablo, hermoso librooo! *-*

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    1. Hola!💕 jajaj te entiendo, la verdad solo lo he publicado para no perder el archivo jaja! Pero estoy super deacuerdo contigo! Laura también es una de mis favoritas<3
      Ese libro no lo he leído :( pero espero hacerlo pronto! uwu
      Saludos!

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Me encanta! <3 YA se que leer :)

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